martes, 1 de marzo de 2011

TERCERA PARTE POEMAS PABLO NERUDA



POEMA DE PABLO NERUDA
SED DE TI
Sed de ti me acosa en las noches hambrientas.
Trémula mano roja que hasta su vida se alza.
Ebria de sed, loca sed, sed de selva en sequía.
Sed de metal ardiendo, sed de raíces ávidas......

Por eso eres la sed y lo que ha de saciarla.
Cómo poder no amarte si he de amarte por eso.
Si ésa es la amarra cómo poder cortarla, cómo.
Cómo si hasta mis huesos tienen sed de tus huesos.
Sed de ti, guirnalda atroz y dulce.
Sed de ti que en las noches me muerde como un perro.
Los ojos tienen sed, para qué están tus ojos.

La boca tiene sed, para qué están tus besos.
El alma está incendiada de estas brasas que te aman.
El cuerpo incendio vivo que ha de quemar tu cuerpo.
De sed. Sed infinita. Sed que busca tu sed.
Y en ella se aniquila como el agua en el fuego.

Los sentimientos que experimentó Pablo Neruda tras la perdida de su madre, podría haber sido una de sus inspiraciones para componer tan lindos sonetos.
Experimento varias emociones de ser huerfano de madre y de ser exiliado, sus ideales de igualdad para su país el sentia amor hacia la sociedad.

Los problemas económicos indujeron a Pablo Neruda a emprender, en 1926, la carrera consular que lo llevó a residir en Birmania, Ceilán, Java, Singapur y, entre 1934 y 1938, en España, donde se relacionó con García Lorca, Aleixandre, Gerardo Diego y otros componentes de la llamada Generación del 27, y fundó la revista Caballo Verde para la Poesía. Desde su primer manifiesto tomó partido por una «poesía sin pureza» y próxima a la realidad inmediata, en consonancia con su toma de conciencia social.


BIOGRAFIA
Diseminada en miles de versos ha quedado para la posteridad la biografía, íntima y pública, secreta y militante, del gran poeta chileno Pablo Neruda. Nos legó además la crónica de sus días agitados y viajeros en unas líricas memorias tituladas Confieso que he vivido, y sobre su figura han escrito numerosos amigos del escritor, su apasionada viuda Matilde Urrutia y centenares de críticos e historiadores.
La abrumadora personalidad de este hombre de credo comunista, resuelta y tozuda hasta el sacrificio por todo aquello en lo que creía, estalla en su obra con un aliento vital que apenas deja entrever las muchas tribulaciones y las muchas horas sombrías que hubo de atravesar. Para algunos que lo conocieron, especialmente para aquéllos que compartieron con él la lucha contra la miseria y la opresión de los pueblos, Pablo Neruda gozó del carisma excepcional de aquellos elegidos a quienes encaja como un guante la palabra ejemplaridad; pero para la mayoría de los lectores que no gozaron de la fortuna de su abrazo, el poeta será siempre aquel personaje tímido, invisible y agazapado que se ocultaba tras los barrotes horizontales y tenues de sus lindas canciones de amor.

Pablo Neruda
Nacido en 1904 en Parral con el nombre de Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, Neruda se sintió durante toda su vida profundamente enraizado en su tierra chilena pese a haber llevado una existencia de viajero incansable. Su madre, Rosa Basoalto, murió de tuberculosis poco después de dar a luz, y su padre, conductor de un tren que cargaba piedra, José del Carmen Reyes Morales, se casó dos años después con Trinidad Cambia Marverde, de quien Neruda escribiría: "Era una mujer dulce y diligente, tenía sentido del humor campesino y una bondad activa e infatigable". Para el pequeño Neftalí fue su nueva madre como el hada buena; tuteló al muchacho con una solicitud incluso mayor que su auténtico padre, con quien, en su adolescencia, no tardaría en mantener graves disputas.
Residiendo en Temuco, ingresó en el Liceo de la ciudad en 1910, y cuando aún no había salido de esta institución, el 18 de julio de 1917, pudo leer emocionadamente en un periódico local, La Mañana, el primero de sus artículos publicados, que tituló "Entusiasmo y perseverancia". Para entonces había tenido la suerte de conocer a una imponente señora, "alta, con vestidos muy largos", que no era otra sino la célebre poetisa Gabriela Mistral, quien le había regalado algunos libros de Tolstoi, Dostoievski y Chéjov, decisivos en su primera formación literaria.
No obstante, su padre se oponía abiertamente a que siguiera esta vocación, de modo que cuando el 28 de noviembre de 1920 obtuvo el premio de la Fiesta de Primavera de Temuco, el joven poeta ya firmaba sus poemas con seudónimo, un ardid para desorientar a su progenitor. El nombre elegido, Neruda, lo había encontrado por azar en una revista y era de origen checo; no sabía que se lo estaba usurpando a un colega, un lejano escritor que compuso hermosas baladas y que posee un monumento erigido en el barrio de Mala Strana de Praga.
Cuando concluye sus estudios en el Liceo pasa a Santiago para seguir la carrera de profesor de francés en el Instituto Pedagógico, pero continúa preparando libros de versos. Al poco tiempo se vincula a la revista Juventud de la Federación de Estudiantes, donde toma contacto con el movimiento anarquista y, en particular, con uno de los líderes del grupo, formidable y valeroso, llamado Juan Gandulfo. En 1922, habiendo trabado una buena amistad, que se revelaría fecunda y duradera, con el director de la revista Claridad, se incorpora a su redacción, y así comienza a escribir como un poseso hasta cinco poemas diarios. Al año siguiente edita a sus expensas su primer libro de poemas, Crepusculario.
Para poder pagarse esta publicación, Pablo Neruda, por entonces un joven ávido de lecturas y de vida, extravagante y delgado, vestido a lo poeta bohemio del siglo XIX con un traje negro, debe vender sus muebles, empeñar el reloj que le ha regalado su padre y recibir la ayuda in extremis de un crítico generoso. Este último, un tal Allone, se prestó a saldar la deuda cuando el editor se negó a entregar un solo ejemplar antes de que estuviera satisfecha completamente la factura.





















SEGUNDA PARTE POEMA DE CESAR VALLEJO Y ALFONSINA STORNI


Se puede decir que estos escritores encontraron otra manera de dar a entender sus sentimientos no como los existentes, y de una manera racional y estetica, ya que el amor era un tema agotado en cierto sentido. los dos poseian una manera muy peculiar y en una parte especial
ALFONSINA STORNI
Jaime Martínez Tolentino divide en dos etapas a la obra de Alfonsina. La primera es de corte romántico y abarca desde La inquietud del rosal hasta Poemas de amor, los cuales están basados en las temáticas del amor carnal y espiritual, con dimensiones eróticas y sensuales dejando ver insatisfacción y resentimiento hacia la figura masculina. También afirma, como Acereda, que en su obra la poetisa defendió los derechos de la mujer y que además se preocupó por el contenido de sus obras y empleó una gran cantidad de estructuras poéticas. La segunda etapa de la clasificación de Martínez Tolentino comienza con Mundos de siete pozos y afirma que su título «…sirve de metáfora para aludir a la imagen de la cabeza humana y obra donde se observa el predominio del intelecto sobre las emociones». La poetisa abandonó el erotismo concreto y la nota autobiográfica, para pasar a escribir sobre el amor de una forma más abstracta y reflexiva utilizando en ocasiones la ironía. Además, se centra más en el contenido de su poesía y utiliza más el verso libre y soneto sin rima. En palabras del crítico: «…su poesía se vuelve más depurada y pura, más hermética y más repleta de simbolismo oscuro, y la poeta comienza a rehuirle a las formas poéticas de mayor libertad para acercarse a otras de mayor restricción formal».

CESAR VALLEJO 
Un poeta que se escapa al encasillamiento por su especial forma de expresión fue el peruano Cesar Vallejo. Escribió cuatro libros de versos: Los Heraldos Negros, Trilce, Poemas Humanos y España: Aparta de mi este Caliz.
Su poesía comenzó siendo modernista, paso por el ultraísmo y el creacionismo. Experimento formas nueva, ataco la sintaxis, invento palabras. De hecho Vallejo es un buen poeta, pero por ese afán de innovación se pierde en una maraña de incongruencias.
Vallejo es uno de los poetas más hondos y humanos de esta literatura -han dicho sus críticos- y, sin perder las raíces étnicas o continentales, -porque en su poesía hay muchos del Perú y de Hispanoamérica- sus versos se orientan hacia el universalismo, al cantar todo lo que íntimamente aflige al hombre de esta época, en todas las latitudes. Por su impulso creador, su técnica renovadora y distinta, por su modo personal, directo y único de escribir y por el aliento trascendente y humano de su poesía, constituye una de las grandes figuras del parnaso contemporáneo y uno de los poetas con mas influencias en el Mundo Hispánico, a ambos lados del Atlántico.